Datos, datos y más datos… tú como profesional de los RRHH sabes lo importantes que son los datos. Da igual del tipo que sean, los datos referentes a posibles candidatos siempre son útiles. Aunque hay una máxima que siempre debes cumplir para no acabar enterrado bajo montones y montones de papeles: ¡mantén un orden!
El orden es importantísimo. De hecho, sin él, tú trabajo sería una pesadilla. Bastante compleja es tu labor como para que encima tengas que buscar y rebuscar entre montañas de papeles cada vez que inicias un nuevo proceso de selección. Antaño (y hoy aún depende quién) los currículums que iban llegando a la empresa se imprimían y se guardaba en papel.
En algunas ocasiones esto se llevaba a cabo de manera ordenada y otras no. Aunque de un modo u otro, buscar un perfil concreto cuando se inicia un nuevo proceso de selección siempre resultaba una pérdida de tiempo y, por lo tanto, de dinero para la empresa.Gracias a la tecnología nuestras vidas son cada día un poco más sencillas y para las empresas nuestro tiempo muchísimo más rentable. Si bien, como ya he dicho en el párrafo anterior, antes se recurría a la pila de papeles, hoy recurrimos a la base de datos.
La base de datos se ha convertido con el tiempo en uno de los bienes más preciados de una empresa. El Santo Grial, el vellocino de oro, las joyas de la corona… Y aunque bases de datos las hay de muchos tipos, la que a ti más te interesa es la base de datos de currículums.
Teniendo en cuenta que ésta te ayudará a encontrar al candidato perfecto si la sabes manejar bien, es de vital importancia para tu trabajo que categorices todo currículum que te llegue. Al igual que pasaba con las montañas de curriculms, con la base de datos puede llegar a suceder lo mismo. Si no gestionas correctamente la información que llegue a tus manos puede que caigas en el mismo problema: generar montañas y montañas de datos sin orden ni concierto.
La base de datos de currículums puede convertirse en tu mejor amigo y evitarte muchos quebraderos de cabeza. En ella puedes hacer constar todo detalle que te parezca relevante, cualquier tipo de apreciación que a través de tu pericia seas capaz de extraer del currículum que te ha llegado. Pero no sólo debes registrar los datos, he aquí el paso más importante de todos: categorizar y clasificar.
Las bases de datos, las buenas, se caracterizan por permitirte crear todo tipo de filtros para que tus búsquedas sean sencillas y el resultado final sea siempre óptimo. Por ejemplo, puede que estés buscando candidatos de un rango de edad concreto con una serie de habilidades específicas. Bien, pues si has registrado la información correctamente y además has dedicado un campo concreto a esos datos, seguro que podrás realizar una búsqueda atendiendo a esos criterios.
¿Tú tienes base de datos de currículums? ¿Qué trucos utilizas para mantenerla viva? Explícanoslo dejando un comentario.
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