Hasta ahora, en los procesos de selección hemos priorizado los conocimientos técnicos de los candidatos por encima de las llamadas Soft Skills. Pero, si nuestro objetivo es encontrar al candidato idóneo, es importante que veamos más allá de su experiencia y formación.
Si queremos que un empleado triunfe en nuestra organización, no tan solo es importante que sepa desarrollar su posición actual. También es primordial que posea las habilidades necesarias para adaptarse a los cambios constantes que la empresa puede experimentar a la larga. Por este motivo, podríamos definir las Soft Skills como aquellas habilidades relacionadas con la personalidad del individuo, que le permiten aportar una ventaja competitiva y aumentan sus probabilidades de éxito profesional.
Desarrollar un Candidate Persona es crucial para entender esta personalidad única que buscamos en un empleado. ¡Échale un vistazo si quieres saber qué es y cómo crearlo!
A diferencia de las habilidades blandas, las Hard Skills o habilidades duras, son mucho más tangibles. Podríamos decir que son todos aquellos conocimientos teóricos y prácticos que permiten a cualquier trabajador realizar sus tareas. Y a pesar de que tanto las Soft Skills como las Hard Skills se pueden aprender, las primeras son mucho más difíciles de aprender o desarrollar, ya que, forman parte de la mentalidad de la persona.
En el caso de un director de recursos humanos, una Hard Skill podría ser, saber, realizar y leer una nómina laboral. Y siguiendo con el mismo ejemplo, una Soft Skill sería saber comunicarse de forma efectiva para transmitir los objetivos y prioridades del departamento al resto del equipo.
A pesar de que ambas son importantes en el ámbito laboral, la mayoría de formaciones que se realizan están destinadas a los elementos técnicos. Pero si queremos aumentar el potencial de nuestros empleados, deberíamos desarrollar mejor sus habilidades blandas.
La comunicación es una de esas Soft Skills básicas para cualquier trabajador, pero más para un departamento que tiene por objetivo atraer y fidelizar a sus empleados. Si creamos un equipo de trabajo con mejores habilidades comunicativas puede impactar positivamente en nuestra estrategia de employer branding, comunicación interna, retención de empleados y atracción de candidatos.
Como hemos comentado, el departamento de recursos humanos se encuentra en pleno cambio y si tenemos un equipo lleno de dinosaurios, nos extinguiremos. Por eso, al incorporar una persona más a tu equipo, asegúrate que tiene la capacidad de poder reinventarse y seguir aprendiendo.
Incorporar personas con ganas es importante para cualquier equipo, pero es fundamental para uno de recursos humanos. Nuestro departamento es el punto de entrada del talento a la empresa, por lo que necesitamos personas que irradien energía y actitud.
Si queremos implementar una estrategia que mejore las habilidades blandas de nuestros empleados, necesitamos voluntad por parte de la empresa y trabajadores. Si no existe una cultura empresarial de cambio y crecimiento personal, los resultados de una iniciativa como esta no serán los esperados.
No todos los empleados necesitan desarrollar las mismas habilidades, ya sea por su tipo de personalidad o rol dentro de la empresa. Por eso, es importante desarrollar una lista de aquellas habilidades que queremos potenciar en la organización para después identificar qué equipos o personas necesitan cada una de ellas.
La comunicación constante entre integrantes de un equipo es fundamental para detectar cuales son aquellas Soft Skills que hemos de desarrollar, pero también para conocer nuestro progreso. En este último caso, mantener un feedback constante puede ayudar a nutrirnos de las experiencias y trucos que otras personas utilizan para trabajar un aspecto en concreto.