El estrés laboral, sus consecuencias y cómo gestionarlos es un tema que parece interesar a todos, sobre todo, debido al tipo de vida acelerado que hoy en día se lleva. Mi impresión es que aún no sabemos del todo cómo hacerle frente y, en el caso de los ejecutivos, tan inmersos están en responsabilidades, que les cuesta aún más hacerlo.
En blogs y publicaciones sobre reclutamiento, siempre se habla de las maneras de gestionar el estrés en los trabajadores. Pero de los reclutadores, ¿quién cuida?
Hace unas semanas hacíamos referencia a cómo prevenir el síndrome de Burn-out o estrés laboral en los empleados; según el artículo, los reclutadores están entre los profesionales más afectados por el estrés: sus responsabilidades son, en su mayoría, de gran peso y, por consecuencia, crean tensión. Veamos cuál es su situación y cómo pueden enfrentarse al estrés de su trabajo.
¿Cómo prevenir el estrés laboral en los profesionales de Recursos Humanos? Click to Tweet |
Empezamos el año con energías renovadas tras las vacaciones navideñas, especialmente quienes hayan podido disfrutarlas; sin embargo, lo habitual en estas fechas es, además de retomar las tareas pendientes, afrontar nuevos retos. Esto supone carga de trabajo que va poco a poco desgastándonos y, pasado un tiempo, tendremos el mismo estrés que antes de vacaciones.
En cuanto a la responsabilidad, cada persona la lleva de una manera distinta, incluso muchas perfectamente, pero para otras la responsabilidad es un peso que, soportado durante largo tiempo, se convierte en una carga y, finalmente, en una tumba.
Lo primero es conocerse y saber hasta dónde podemos llegar, actuando en consecuencia, y, según las circunstancias, asumiendo solo las responsabilidades a las que podamos responder. Sabemos que esto no es fácil, más si estamos en un cargo directivo, pero todo es empezar.
Lo segundo es cambiar nuestro estilo de vida personal, dejando a un lado costumbres que nos quitan la energía (vida sedentaria, tabaquismo, dormir poco, etc.) y dedicando más tiempo a hábitos que nos ayudan a vivir mejor: familia, amigos, descanso, deporte, actividades de relajación, entre otras.
Lo tercero es transformar nuestro modo de trabajar. Puede que el diseño de nuestro puesto de trabajo no dependa de nosotros pero sí nuestro estilo. Además, las personas estamos capacitadas para desarrollarnos de continuo; la experiencia, la reflexión y la creatividad nos enseñarán a mejorar aspectos de nuestro trabajo.
Es verdad que puede parecer una pequeñez, pero trabajar en un despacho o lugar limpio, ordenado y con la temperatura adecuada ayuda mucho en la rutina diaria. Se trata de las condiciones laborales; cuanto mejor sean, más nos facilitarán el bienestar.
Tener que hacer tu trabajo y no funciona o no está disponible lo que necesitas: el archivo, el portátil o lo que sea, genera mal humor, más aún si tenemos poco tiempo. Disponer de las herramientas necesarias, como un Software de Reclutamiento, por ejemplo, que te ayude en los proyectos de selección te liberará de tareas rutinarias que no aportan valor y tendrás más tiempo para atender a otras responsabilidades.
Saber que contamos con compañeros ante el peligro y disponemos de un equipo de personas que nos respaldan y ayudan da mucha satisfacción. Es importante también que el equipo tenga claras cuáles son sus funciones y vayan todos a una.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, nuestro trabajo será con toda seguridad de menos estrés laboral, además de más productivo.
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