Hemos hablado de las pautas y pasos a seguir para la realización de un buen proceso de selección y reclutamiento por parte del Employer Branding y del Departamento de Recursos Humanos en general sin embargo, los datos siguen siendo reveladores.
El 22% de la rotación que se produce en el personal de una empresa ocurre durante los primeros 45 días de contratación.
Y además, la mitad de los trabajadores con contratos temporales abandonan sus puestos de trabajo en los primeros cuatro meses.
Ante estas cifras, nos queda más que claro que un proceso de selección bien hecho y efectivo para la empresa no finaliza con el reclutamiento del candidato ideal, sino que hay que ir un paso más allá y cerrarlo con una buena integración de los nuevos empleados.
Para esto es necesario contar con un Plan de Integración para las nuevas incorporaciones. Esta será la clave del éxito.
Debe estar estructurado en varias fases y sobretodo ser personalizado para cada puesto y empleado.
Lo primero a superar es la fase de adaptación y acogida, que suele durar aproximadamente 15 días (aunque depende del puesto y sector).
El departamento de RHHH y, concretamente, el técnico de selección y reclutamiento será la referencia que tiene el nuevo empleado antes de comenzar su experiencia en la empresa. Por ello la importancia de su implicación y acompañamiento hasta el final.
Debe llevarse a cabo una presentación del responsable directo del departamento que será la persona que guíe, ayude, apoye y motive al nuevo candidato.
Le detallará las funciones específicas del puesto, los objetivos a cumplir, la filosofía empresarial y también las cosas más básicas pero no menos importantes, como donde se ubica su puesto de trabajo, el material necesario para llevarlo a cabo, las salas de reuniones, los espacios de descanso, en definitiva una visita guiada a su nuevo lugar de trabajo.
Esto implica organizar reuniones periódicas entre el equipo, dinámicas de grupo que fomenten una buena comunicación y compañerismo, encuentros de networking, así como también incluir a los nuevos empleados en planes de ocio como cenas, eventos, actividades, etc.Por otro lado, debe facilitar la presentación de todo el equipo con el que va a interactuar directamente en su día a día y supervisar que todo fluya con normalidad.
Pero en general, toda la estructura de la empresa debería de ser informada ante cualquier nueva incorporación para entre todos facilitar el proceso de integración.
En algunos casos el plan debe incluir una formación inicial específica para el puesto.
La última parte del Plan será la evaluación y el seguimiento, recogiendo las impresiones del trabajador y del responsable principal o tutor.
Sólo de esta forma conseguiremos el éxito en la integración de los nuevos empleados.
En realidad, si lo pensamos es muy sencillo, todos hemos vivido la experiencia de comenzar en una nueva empresa con toda la incertidumbre y cuestiones básicas que se plantean por eso, de lo que se trata es de reducir al mínimo esta sensación y mostrar una impresión favorable de forma global. Al fin y al cabo el Plan de Integración es la radiografía o carta de presentación de la empresa.
Una vez superada la fase de integración es igual de importante que la empresa cuente con un buen plan de continuidad que garantice la permanencia y fidelización del personal en la compañía.
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