Es de sobra conocido el caso de muchas oficinas y centros de trabajo donde existen diferentes elementos que generan una influencia positiva sobre sus empleados. Uno de los más famosos es el tobogán que hay en Google para descender entre plantas. En grandes edificios empresariales japoneses hay salas de relajación, con mobiliario especializado, que sirven para relajar a los empleados y también para coger el sueño en el descanso de la jornada laboral. Aunque son ideas y se ha demostrado su eficacia, no es preciso llegar a tanto.
Podemos conceptuar el salario emocional como aquellas retribuciones no económicas que los empleados obtienen en su centro de trabajo que incentivan su implicación en la empresa con un ambiente laboral positivo.
Las ventajas para la empresa son claras: una mejora de la productividad de los trabajadores, y una reducción de costes en lo referido a la disminución de la rotación entre los empleados y su absentismo. Los horarios de trabajo, de larga duración en muchos casos, inciden en el equilibrio de los trabajadores entre su vida personal y su vida laboral. Crear un entorno que facilite esta coordinación, a la vez que involucrar a los empleados en la filosofía y los objetivos de la empresa, va a mejorar los datos de rentabilidad asociados al personal de la compañía.
Varios detalles, aparentemente con poca importancia, condicionan a los empleados en el desempeño de sus labores diarias, y son importantes para la gestión del talento. La misma oficina, con su diseño, el color de sus paredes, la integración del mobiliario, el tipo de muebles, ya inciden en el estado de ánimo de los trabajadores. Sería perfecto que cada uno de ellos pudiese elegir cómo será su espacio de trabajo. Elementos personales, como es el caso de fotografías de sus seres queridos, constituyen un elemento motivador de gran utilidad.
El uso de una sala con mesas de juego, billares, futbolines, etc., va a generar una interacción del trabajador con sus compañeros y su equipo de trabajo, dentro de un entorno lúdico, que va a posibilitar una desconexión de la actividad laboral, y una mejor concentración en la vuelta al puesto de trabajo, lo que incidirá, al final, en la productividad que esa persona aporte.
La temperatura suele ser fuente de desacuerdos entre empleados, pues cada persona siente el frío y el calor de una forma diferente. Se dice que entre 17 y 27 grados sería lo ideal para trabajos donde no haya gran movilidad, y entre 14 y 24 grados para labores físicas.
Es difícil encontrar el verdadero talento, pero también es complejo retenerlo (Twittear Esto). Mediante las técnicas de Workplace, el trabajador se siente motivado y adaptado a su puesto de trabajo (Twittear Esto), y no lo cambiará fácilmente por otro; la atención que prestará a los clientes será de mayor calidad, obteniendo su satisfacción y su lealtad de cara al futuro. La productividad total de la empresa puede elevarse más allá del 20% a causa de una mayor concentración de los operarios en sus funciones, y a incremento de la motivación y compromiso con los objetivos de la empresa, menor necesidad de reducciones de jornadas para la conciliación de vida personal y familiar, etc.
Desde un aumento de la concentración que evita las interrupciones improductivas, hasta un grado de satisfacción elevado sobre la conciliación entre su vida personal y laboral, una disminución de la ansiedad y sus enfermedades derivadas, una mejor relación con los coordinadores de la empresa y una interrelación óptima con sus compañeros y con el equipo donde trabajan. En definitiva, una mayor calidad de vida laboral que va a repercutir directamente en su productividad.
La mesa de trabajo debe estar bien ordenada, y eso favorece la concentración. Los elementos inservibles deben eliminarse. Además, la clasificación de documentos y la facilidad para localizar el que se necesite en cada momento, suponen un aporte extra para evitar acciones duplicadas o innecesarias y distracciones.
La iluminación adecuada, la personalización del espacio de trabajo con elementos y objetos de la vida privada, contribuyen a un entorno más grato para desempeñar las labores diarias.
Ya hemos hablado del beneficio de las plantas, pero no sólo en el entorno, sino en la propia mesa de trabajo. Además de efectos relajantes, las plantas ayudan a que el trabajador permanezca despierto en aquellas horas propicias para la somnolencia.
El mobiliario, el diseño de sillas y mesas pensando en la ergonomía y en la comodidad, afectan de forma clara al desempeño.
La actualidad empresarial tiene por delante el reto de proporcionar a los empleados un entorno flexible, que permita que los empleados sientan en que su puesto de trabajo está en conexión con su vida personal, lo cual les permitirá ser más innovadores y generar mayor productividad para su empresa.
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