Siempre que inicias un proceso de reclutamiento lo haces con la máxima profesionalidad e intentando no equivocarte en tu elección. Pero en ocasiones las cosas no van como tu desearías y has de aceptar que el proceso no ha salido bien.
A veces los factores que echan para abajo el proceso son externos y no puedes controlarlos. Pero otras, los errores durante el proceso de reclutamiento los habrás cometido tú y tu equipo, y podriais haberlos prevenido. Por lo que conocer de antemano algunas de las pautas más comunes en ellos nos será de gran ayuda de cara al futuro.
El primero de los errores habituales en un proceso de reclutamiento es no contar con una estrategia de recursos humanos definida de antemano. Dado que una estrategia es indispensable, la consecuencia de no definirla previamente es que improvisarás dependiendo de las necesidades de cada momento concreto. Esto hace que la estrategia de reclutamiento no contribuya a los objetivos generales de la empresa, lo que a la larga acaba siendo una táctica realmente negativa. Ponderar tus necesidades de forma previa y entender qué puestos pretendes cubrir y con qué tipo de candidato, en este momento son factores a tener muy en cuenta. Crear un grupo competente de reclutamiento y encontrar una estrategia potente donde cada uno tenga un rol y contribuya a los objetivos comunes es vital. Todo ello único nos arroja la solución a este primer gran problema.
El segundo problema tiene una raíz más filosófica…y es la de querer imitar lo bueno que tienen otras empresas sin contar con sus medios. Es lo que podríamos llamar el síndrome Google. Y es que todos conocemos la forma que tiene de trabajar el gigante americano, con sus procesos de selección imaginativos y originales y su estética d trabajo y ambiente en el centro relajados y joviales. Y funciona, claro que funciona. Pero le funciona a Google, y a lo mejor a ti no te funcionaría. Quizás hay que ser una empresa tan grande como ella y contar con potenciales candidatos en números millonarios para poder permitirte esa filosofía. O a lo mejor la imagen que tu empresa quiere dar de cara al exterior se vería perjudicada con esta realidad. Ambas posibilidades son ciertas. Por lo tanto, no intentes ser lo que no eres. Date cuenta pronto de que estás creando problemas más allá de resolverlos y reconduce tu dirección de la forma adecuada.
Por último, en ocasiones la falta de confianza en el propio equipo acaba convirtiéndose en un problema casi insalvable. Y es que si pierdes la confianza en tu equipo la estás perdiendo en ti mismo, ya que eres tú quien les ha reclutado y entrenado para trabajar de esa forma. Y la confianza se pierde con facilidad pero resulta extremadamente complicado recuperarla. Por ello hay que detectar este problema desde el principio y reconducirlo. Si realmente crees que alguno de los miembros del equipo no está a la altura, actúa en consecuencia. Pero si no es así confía ciegamente en ellos y transmíteles esa confianza para lograr lo mejor de todos ellos.
Como habrás podido advertir, estos errores en el porceso de reclutamiento que hemos presentado son realmente frecuentes dentro de las empresas. Pero también habrás podido constatar que los mismos tienen soluciones realmente sencillas, y que tan solo con un poco de cuidado y con una cierta anticipación a la hora de detectarlos podremos combatirlos de forma realmente eficaz.
Y tu, ¿has cometido alguno de estos errores? ¿Te los has encontrado en alguna empresa para la que hayas trabajado? ¿Cómo conseguiste darte cuenta de su presencia? ¿Cómo lograste corregirlos? Cuéntanoslo, nos interesa mucho tu experiencia.
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