Si cada reclutador tiene “su propia red de candidatos”:
Redundancia posible en contactar con dichos perfiles.
Inconsistencia en la experiencia de candidato.
Nuestra imagen de marca como empleador se ve afectada.
Al ser la red de cada reclutador, no se puede medir.
Si se va el reclutador, se lleva la red.
Si se gestionan candidaturas de manera conjunta:
Enfoque integrado y estratégico.
Experiencia de candidato consistente.
La Red pertenece a la empresa (medición factible).
Se retiene la red independientemente de quién la gestione.
La empresa cumple con la LOPD.
En lugar de agregar contactos en Linkedin, podemos invitarles a entrar en un grupo en la misma red social creado para aglutinar a gente con una o varias características, o para gente que está interesada en trabajar con nosotros etc.
En lugar de recibir un mail con un CV en una carpeta creada al efecto, es mejor invitarles a que se registren en nuestro ATS o algún servicio que usemos para gestionar candidatos.
Para procesar, medir y gestionar el talento de forma más eficiente, es mejor que todo este talento forme parte de nuestra empresa y que todo nuestro equipo tenga acceso a esos grupos segmentados, localizados y con línea directa de comunicación con ellos.
Escrito por:
Pablo Alonso, Especialista en Reclutamiento 2.0 y Employer Branding. Dirige el proyecto RRHHconexión en el que entrena y asesora profesionales de Recursos Humanos sobre cómo usar internet y las redes sociales en selección de personal o atracción de talento. Podéis seguirlo en Twitter en @palonso1981.