Cuando hablamos de candidato pasivo lo hacemos de una figura difícilmente definible, relacionada con la persona que en ese momento no está en una búsqueda de empleo pero que, conocida una oferta y cubiertas determinadas demandas, podría incorporarse a la misma. Atraer a este tipo de “animalillos” esquivos y de hábitos poco conocidos puede ser factor decisivo a la hora de realizar un buen reclutamiento de talento.
Algunos autores afirman que no existen candidatos pasivos, y que lo que nos encontramos es con personas que tienen siempre alguna intención bien de encontrar un empleo o bien de cambiar el ya existente, pero que no se muestran especialmente activas durante un determinado momento de su vida para iniciar la búsqueda. Las razones para esto pueden ser varias: un puesto de trabajo adecuado (pero no perfecto), un organigrama vital basado en la comodidad (pero mejorable o una cierta tendencia personal a lo indolente (aunque eso no impide que puedan enterarse de ciertos aspectos relacionados con la búsqueda de talento). Existan estos candidatos pasivos o sean solamente candidatos activos “durmientes” lo cierto es que en ellos hay un gran potencial de talento que cualquier buen reclutador debe de atender.
Evidentemente si hablamos de un candidato pasivo la idea de acceder a él por los métodos tradicionales, como una oferta de empleo o un anuncio de un proceso de selección está casi descartada. Y lo está porque el pasivo no atenderá a ninguna de esas actitudes, ya que no tiene la “necesidad” de buscar un trabajo. Por eso hay que innovar.
Las redes sociales son una buena manera de acercarse a este candidato pasivo. Los espacios específicos para búsqueda y oferta de empleos resultan ideales para esto, pero también puede intentarse con redes sociales generales, como Facebook o Twitter. La ventaja de estas últimas es que su difusión es ajena al ámbito profesional, por lo que pueden llegar a cualquier tipo de candidato pasivo.
Intenta mantenerte siempre activo dentro de tu sector empresarial, participando en congresos, presentaciones, charlas, cursos y similares. Eso te permitirá estar siempre en el radar de los candidatos pasivos.
Si queremos que un candidato pasivo se incorpore a nuestra empresa tenemos que ser claros al dirigirnos a él. No intentemos decirle aquello que desea escuchar. Es mejor hablarle de forma personal, conociendo sus ambiciones profesionales y personales, dándole toda la confianza de que realmente hemos pensado en él para ese puesto, y no en una persona con su perfil. Personificar los puestos (en lugar de hacer un molde currircular, si se permite la metáfora) es la mejor forma de conseguir talento de candidatos pasivos.
Si el candidato pasivo en el que te has fijado ya está trabajando en otra empresa denigrarla no te será de gran ayuda a la hora de reclutarlo. Olvídate del juego sucio y apuesta por tu propia corporación, resaltando sus virtudes y las posibilidades que el nuevo puesto de trabajo ofrece al candidato. No olvides presentar toda la información, incluso aquella que piensas podría perjudicarte, a la hora de exponer tu oferta al candidato. Jugar con cartas marcadas y esconder realidades no es sino una forma de engañar el candidato, y, a la larga, de tener que buscar otro cuando éste deje la empresa.
Y tú, ¿te has sentido alguna vez como un candidato pasivo? O quizás has tenido que lidiar con alguno de ellos...en ese caso, ¿cuál ha sido tu estrategia?
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