Por: Albert Roig - 3/12/2014
¿Cuáles son las Consecuencias de un Mal Reclutamiento?
Puede ser tentador pensar que un mal reclutamiento de los trabajadores de una empresa es un factor menor dentro de la misma, y que cualquier persona es fácilmente sustituible por otra en poco tiempo y sin apenas incidencia alguna. Pero nada más lejos de la realidad. Y es que un mal reclutamiento, una selección incorrectamente planteada o realizada tiene consecuencias directas y medibles dentro de las corporaciones. Consecuencias que hay que conocer para apreciar, en su correcta medida, la importancia que una buena estrategia de reclutamiento tiene en el funcionamiento de nuestra empresa.
Tiempo y dinero
Reclutar exige al empresario una inversión en tiempo…y una inversión en dinero. Ojo, perder ambas cosas es grave, aunque a priori te parezca que tienes todo el tiempo del mundo y que nunca posees dinero suficiente para hacer esa selección. Pero no te engañes, iniciar un proceso selectivo desde el principio te impondrá una serie de responsabilidades y obligaciones que hubieras podido evitar si hubieses realizado correctamente el primer reclutamiento.
Pierdes productividad
Un puesto vacante o mal cubierto hace perder dinero a una empresa en funciones de productividad, ya que ese trabajador no rendirá con la intensidad o eficiencia que debería. Además será imposible realizar iniciativa alguna durante todo el tiempo que dure la renovación del puesto de trabajo, por lo que se producirá una práctica paralización de la actividad en el sector en el que dicho trabajador mal seleccionado esté incluido.
Cuida a tus buenos empleados
Introducir en la rutina de trabajo a una persona poco apropiada para ese puesto supone una mala señal para los trabajadores verdaderamente talentosos que tendrán que lidiar con él. Pero cuando se produce el relevo subsiguiente a una mala selección de personal las consecuencias son aun más palpables. Si el relevado estaba en una posición elevada los subordinados podrían cuestionar no solo sus mandatos, sino de forma genérica los de todos los “jefes” de la empresa. Si era un empleado de bajo nivel la sensación de estar rodeados de personas poco cualificadas generará desconfianza entre los buenos empleados. Así que no te olvides nunca de cuidar el talento que ya posees.
Todo es confianza
El mundo empresarial es confianza, y la confianza se puede perder por un mal reclutamiento. Los altos cargos perderán confianza con los trabajadores al pensar que el mal reclutamiento de uno podría haberse repetido en más de ellos, y también perderán confianza con el propio encargado de esa mala contratación. Los trabajadores “de a pie” pierden confianza con sus superiores al ver que se han equivocado en algo tan importante como seleccionar la persona adecuada para el puesto preciso. Los propios clientes potenciales pierden confianza en la empresa cuando ven que un puesto está continuamente cambiando o cuando el equipo de trabajo no tiene cierta estabilidad. E incluso el propio trabajador mal reclutado perderá confianza en sí mismo y le costará más encontrar un empleo adecuado en el futuro.
Sé sincero, reconoce errores
No reconocer los errores propios es la mejor forma de empezar a cometerlos de nuevo. En ocasiones los encargados de reclutar talento se empeñan en mantener en las empresas a trabajadores que no han sido adecuadamente seleccionados para su puesto únicamente por no reconocer un error propio. Todo el mundo comete fallos en su trabajo, pero lo realmente grave será el empecinarse en ellos.
Y tú, ¿has tenido algún caso en tu empresa de mala gestión en el reclutamiento? Y, en ese caso, ¿cómo ha afectado al funcionamiento de la misma?.
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