Al contrario de lo que muchos puedan pensar, la motivación no sólo nace de dentro de uno mismo. La motivación, como prácticamente cualquier factor psicológico motivado por elementos relacionados con el entorno laboral, está directamente condicionada por el contexto que rodea al trabajador. Dicho de otro modo: el trabajador, en gran medida, está motivado cuando la empresa sabe motivarle.
Tú mejor que nadie sabrás que cuando un trabajador no se siente motivado su trabajo no es el mismo y su productividad desciende drásticamente. De hecho, probablemente, sepas de casos concretos en los que el candidato durante el proceso de selección se mostró ilusionado y visiblemente motivado, y meses después de estar desempeñando su puesto dentro de la empresa, su nivel de motivación ha descendido drásticamente. ¿Que por qué? La respuesta es muy sencilla: La empresa le ha fallado.
Desde el prisma del reclutador 2.0 sólo ha de haber una lectura sobre este tipo de casos: el fracaso de nuestra estrategia. Sé que tú tan sólo eres una pieza de la maquinaria que compone la empresa. Sin embargo, también sé que eres una pieza importante; una que hace que el conjunto sea más o menos fino en su ejecución.
Precisamente por eso, la tarea de motivar a los empleados/candidatos empieza en ti. Tú eres una de las primeras caras que ven, la relación número uno que establecen con la empresa. Es de vital importancia que no les defraudes. Tú debes ser quien les explique la realidad de lo que se encontrarán dentro de la empresa una vez sean seleccionados y aplicar la primera estrategia de persuasión para que el candidato talentoso se quede en la empresa.
Suele suceder, en más ocasiones de las que debería, que las promesas que hace el selector luego no llegan a materializarse a causa de una mala comunicación entre la gerencia y el departamento de RRHH. Lo cual, por lo tanto, produce situaciones tensas y desmotiva al candidato seleccionado.
Cuando hablamos de motivar a candidatos altamente talentosos lo que hacemos es hablar, casi, de una especialidad del reclutador. Se podría considerar el CUM LAUDE de la selección de personal. Un reclutador experimentado y capaz de reconocer el talento en un candidato también dispone de las habilidades de comunicación suficientes como para plantearle a sus superiores cambios referentes a la oferta que se les está haciendo a los candidatos por tal de fichar a ese joven talento en concreto.
Motivar a los candidatos no sólo es colmarlos de ventajas laborales, también es saber entenderlos y valorarlos. En otros posts ya hemos hablado de lo importante que es hacer sentir al trabajador partícipe de algo mayor que el mismo; algo que le dé significado a su trabajo. Los candidatos, al igual que los empleados en plantilla, también deben percibir ese sentimiento de pertenencia a algo grande; esto siempre los motivará e instará a que quieran unirse a las filas de la empresa que les está tratando de seleccionar.
El trabajo en equipo es vital para que los trabajadores se sientan motivados. Deben saber en todo momento qué es lo que se espera de ellos y cuál será la recompensa si logran conseguirlo. Esa estrategia de “juego” fomenta la sana competitividad dentro de la plantilla de trabajadores y resulta muy provechosa para la empresa. La productividad se dispara, las resultados mejoran y se dan sinergias muy interesantes entre departamentos de las cuales luego derivan valiosa ideas para la evolución de la empresa.
Así que, reclutador, recuerda que no puedes motivar a nadie si tú no estás motivado. ¿Cuál es hasta el momento tu mejor estrategia para motivar y motivarte tu mismo?
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