Blog de Inbound Recruiting

El auge de la Inteligencia Artificial (IA) ha transformado la manera en que las empresas operan y toman decisiones. Desde mejorar la experiencia del usuario hasta agilizar procesos internos, la IA se ha convertido en una herramienta esencial para muchas organizaciones. Sin embargo, este avance también plantea importantes desafíos éticos y de seguridad. Para hacer frente a estos riesgos, la Unión Europea ha desarrollado el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act), una normativa pionera a nivel global. Este reglamento, que comenzará a aplicarse en fases desde 2025 hasta 2027, busca garantizar que la IA se utilice de forma ética, transparente y centrada en la protección de los derechos fundamentales de las personas. El uso irresponsable de esta tecnología, especialmente en sectores delicados como la contratación de personal, puede tener graves consecuencias para las empresas, con sanciones económicas que pueden llegar hasta los 35 millones de euros.

El reclutamiento ha evolucionado a pasos agigantados en los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a Portales de Empleo. Lo que antes era un proceso dominado por los portales de empleo como la principal herramienta de captación de talento, ahora se enfrenta a una creciente diversificación de estrategias. Aunque estos portales han sido fundamentales para conectar a candidatos y empresas, ¿sigue siendo una buena idea depender tanto de ellos y destinar parte del presupuesto a sus servicios? En este artículo, exploraremos su papel en el reclutamiento, sus beneficios, limitaciones, y alternativas para que reflexiones sobre si vale la pena seguir apostando por ellos como hasta ahora.

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No poner el sueldo en una oferta de empleo es como un verano sin ir a la playa, le falta algo. Lo mismo es navegar por una tienda online para comprarse un televisor, leerse la descripción del producto, pero no encontrar el precio por ninguna parte. Sin embargo, esta situación es la habitual cuando una persona busca trabajo. Por algún motivo, se ha convertido en un clásico. El candidato llega a la oferta de empleo, se encuentra la descripción del puesto, los requisitos de la posición y por último, la compensación. En este último, aprovechamos para concretar todos los detalles de la Propuesta de Valor al Empleado: Seguro médico, horario flexible, oficinas increíbles y mucho más. Eso sí, el sueldo, o por lo menos el rango salarial, brilla por su ausencia. Ante esta situación, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: