Blog de Inbound Recruiting

Imagina recibir cientos de currículums para una sola vacante y tener que revisarlos uno por uno. Ahora, imagina hacerlo en una fracción del tiempo, con los mejores candidatos destacados automáticamente para ti gracias a los Software de Recursos Humanos o (ATS según sus siglas en inglés).

No poner el sueldo en una oferta de empleo es como un verano sin ir a la playa, le falta algo. Lo mismo es navegar por una tienda online para comprarse un televisor, leerse la descripción del producto, pero no encontrar el precio por ninguna parte. Sin embargo, esta situación es la habitual cuando una persona busca trabajo. Por algún motivo, se ha convertido en un clásico. El candidato llega a la oferta de empleo, se encuentra la descripción del puesto, los requisitos de la posición y por último, la compensación. En este último, aprovechamos para concretar todos los detalles de la Propuesta de Valor al Empleado: Seguro médico, horario flexible, oficinas increíbles y mucho más. Eso sí, el sueldo, o por lo menos el rango salarial, brilla por su ausencia. Ante esta situación, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente:

¡Por fin acabó la selección! Las largas horas de criba de currículums, entrevistas, idas y venidas en negociaciones han acabado con un contrato firmado, un manager y un equipo contento y expectante con la nueva incorporación y el nuevo empleado ansioso por su primer día en la nueva empresa. ¡Bien por el equipo! Ahora es cuando (“pero, ¿no había terminado todo?...”) hay que poner el resto de carne en el asador para que equipo y contratado empiecen con buen pie. ¿Cómo lo hacemos?

Mucho se habla en la actualidad sobre la humanización de los procesos de reclutamiento y selección. En la última década han pasado de estar centrados en las preferencias e intereses de las organizaciones, a focalizar su atención en los candidatos y todo lo que les envuelve: sus aptitudes, actitudes, inquietudes, talento, valores…etc. Ésta es una de las pruebas más reales de que los procesos se están humanizando y las empresas comienzan a tratar a los candidatos como lo que son: personas que sienten y están llenas de emociones y objetivos que tendrán mucho que ver a la hora de decidir, si quieren trabajar con nosotros y convertirse en un miembro más del equipo. Por ello, como reclutadores, tenemos que saber cuáles son esas prioridades, qué hacen moverse a los candidatos en una dirección o en otra para seguir desarrollándose profesionalmente con el fin de conseguir atraer este talento a nuestra marca.